Hoy vamos a conocer la historia de Diego. Él es un chico que decidió emigrar a los Estados Unidos de Norteamérica, al llegar, todo fue muy lindo, pero al pasar de los meses se dio cuenta que todo era muy caro y los trabajos que lograba conseguir no le alcanzaban para sustentarse, ya que Diego estaba en lucha contra el cáncer y su tratamiento era muy caro.

Diego estaba trabajando en el turno de la mañana en una gasolinera, ya cansado de un sueldo un poco denigrante, habló con su supervisor para ver si le podía dar un aumento, pero el supervisor, entre risas, solo le dijo:

JAJAJA, si quieres ganar más, solo te queda la opción de trabajar por las noches.

Diego, un poco cansado, aceptó.

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Texto Del Concurso.

Los turnos de noche de Diego en la gasolinera 24 horas solían ser tranquilos. Unos cuantos camioneros de paso, unos universitarios cansados ​​tomando bebidas energéticas y algún que otro turista confundido preguntando por direcciones. Nada fuera de lo común. Pero en la séptima noche de su nuevo horario, las cosas se pusieron raras.

Exactamente a las 2:17 de la mañana, un sedán azul oxidado llegó al estacionamiento. El conductor no se bajó. Se quedó allí sentado, mirando fijamente a Diego a través del cristal durante unos segundos, y luego se marchó. Fue extraño, pero no intimidante. Al principio.

Cuando volvió a ocurrir la noche siguiente, y la siguiente, Diego empezó a sentirse incómodo. El tipo no hacía nada. Solo observaba. Como si esperara algo. O a alguien.

Diego le contó a su supervisor, quien apenas levantó la vista de su vieja computadora. "La gente es rara", murmuró, escribiendo con una mano mientras tomaba un sorbo de café de gasolinera.

Aun así, Diego no podía quitárselo de encima. El rostro del hombre le resultaba familiar, aunque no lo reconocía. La cuarta noche, Diego finalmente salió a preguntar qué pasaba. Pero el sedán ya había desaparecido.

Más tarde ese mismo turno, mientras sacaba la basura, Diego vio algo detrás de la máquina de hielo. Un sobre blanco. Su nombre estaba escrito en el frente con letras mayúsculas y pulcras.

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Al abrir el sobre, Diego leyó lo siguiente:

Hola, estimado. Llevamos mucho tiempo analizando tu vida. Sabemos que necesitas rápidamente dinero para poder salvar tu vida. Te queremos proponer algo: si quieres ganar dinero, te invitamos a competir en "Quiero ser Millonario". Si quieres participar, solo debes saludar al sujeto que se te queda viendo por las noches.

Diego, un poco asustado pero cansado de su vida, decidió acceder, pensando que sería el típico juego de ser millonario, el de responder preguntas.

Llegó la siguiente noche, Diego espera con ansias al sujeto, apenas apareció, se le quedó mirando fijamente, dudó, pero al final saludó al sujeto, y desde ese momento, solo sintió un fuerte golpe en la cabeza.

Al despertar, Diego estaba vestido con esmoquín, sentado frente a un presentador, el cual dijo:

Vamos con la primera pregunta.

Diego, un poco asustado por la forma en que lo raptaron, pero emocionado por ver que sí era el juego que él pensaba, se preparó para contestar.

Pero lo que Diego no había visto es que a su lado había 20 personas, y él era el último.

El presentador le hizo la primera pregunta al número 1:

¿Cuánto es 215 + 1032? Tienes 10 segundos para responder.

El concursante contestó rápidamente:

¡1247!

El presentador dijo:

Correcto.

Diego, al ver eso, pensó: "Okey, vamos, son preguntas fáciles, de seguro, el que pierda solo lo eliminan."

Participante número 2: ¿Cuál es el océano más grande del planeta?

El concursante contestó:

El mar Caribe.

En eso, se escuchó un público riéndose, para posteriormente escuchar un disparo.

El presentador dijo:

Incorrecto. La respuesta correcta es el océano Pacífico.

Todos los participantes, sorprendidos, empezaron a asustarse, el presentador solo dijo:

No tengan miedo. ¿O pensaban que los íbamos a hacer millonarios solo porque nos caían bien? No. De aquí solo saldrá un ganador, así que piensen bien sus respuestas.

Diego, sorprendido por la maldad vista en el presentador y en el público, se puso a pensar: "Bueno, hay que tomar todo con calma. Gracias a sus días en la gasolinera por la noche, él leyó muchos libros de cultura general y mucho más, además, tengo cáncer, así que no tengo nada que perder."

Así que el presentador fue uno por uno haciendo preguntas al azar.

Llegó el momento de Diego, ya habían pasado 10 participantes y habían muerto 9.

El presentador vino y le dijo una pregunta difícil, porque quería que estuvieran parejas las muertes:

¿A qué distancia se encuentra la galaxia más cercana a la Vía Láctea?

Diego, un poco asustado, dijo:

Es Andrómeda, a unos 2.5 millones de años luz.

El presentador, sorprendido, dijo:

¡Correcto!

Siguieron con la siguiente ronda de preguntas, y solo pasó el número 9. Estaban esperando por Diego para coronarse como el ganador.

El presentador vino y le dijo a Diego:

¿Cuál será el futuro a la hora de hacer pagos?
A) Transacciones a través de nuestra mente.
B) Criptomonedas.
C) Intercambio de acciones de la bolsa.
D) Volveremos al oro.

Diego, al no estar tan actualizado con ese tema debido a que era una persona de libros y no de redes sociales, se asustó.

Y el presentador, sonriendo, empezó a contar:

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis...

En ese momento, Diego recordó a un par de universitarios que fueron a la gasolinera días antes y le habían dicho:

¿Aceptas criptomonedas?

Y Diego les dijo:

No, ¿qué es eso?

Los universitarios se rieron y dijeron:

¡Oh, viejo, es muy avanzado para ti! Eso será el futuro. JAJAJA.

Diego, confiando en lo que habían dicho esos humilladores, contestó:

B. Las criptomonedas.

El presentador, sorprendido porque pensaban que Diego no sabía nada de eso por su apariencia física, dijo:

¡Correcto!

Así que el presentador vino y dijo:

—Ya que quedaron ustedes dos, vamos a hacerlo interesante. ¿Cara o cruz?

Le preguntó a Diego. En eso, él recordó un consejo de su abuelo:

Si vas a enfrentar algo, siempre da la cara por ti mismo.

Así que Diego eligió:

¡Cara!

El presentador dijo:

Es hora de saber el ganador.

Tiró la moneda y, como si estuvieran en el espacio con gravedad bajo cero, cayó muy despacio, rebotando varias veces y, al final, dando vueltas como un trompo, se logró detener la moneda. Diego, con los ojos cerrados, oyó un disparo... Sintió un golpe en la cabeza y todo se quedó en negro.

Al despertar, Diego se encuentra en su cama y, a su lado, está el sujeto, el cual le dice:

Felicidades, eres millonario.

Y se desaparece.

Fin.

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Hasta aquí llegó mi participación en #ficcion-s24wk2 quiero invitar a mis amigos @migue14 @pandora2010 y @paholags a participar.

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Espero que les haya gustado, gracias por todo su apoyo amigos.

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