Semana 1 de ficción de Wordsmiths: El líder desaparecido

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La hazaña del Capitán Roldán, así titulaba el periódico digital la historia que contaría a continuación y, para despertar el interés de los potenciales lectores, ofrecía el siguiente resumen:

Durante una tormenta, un pequeño carguero con diez personas a bordo encalló en medio del océano. Tenían una idea de la zona, pero no estaban seguros de dónde se encontraban en ese momento, ya que todo su equipo había dejado de funcionar. Entonces vieron una pequeña isla y, de alguna manera, llegaron y anclaron allí.

Su radio tampoco funcionaba. El barco sufrió graves daños. Y una mañana, los miembros del equipo notaron que su líder no estaba a bordo y que faltaba una de sus embarcaciones.

Lo buscaron en la isla, pero no lo encontraron por ningún lado, por lo que el segundo al mando ordenó un equipo de rescate.

El equipo de rescate lo buscó por los alrededores, pero no estaba por ningún lado. Fue muy sorprendente que el líder del barco desapareciera sin ninguna información.

¿Regresó o simplemente desapareció? Si regresó, ¿adónde crees que se había ido? ¿Qué hizo durante el tiempo que estuvo fuera del equipo?

Quienes ignoraban lo ocurrido hace ya más de veinte años, pensó en esos momentos Diego Aristimuño, sentado frente al ordenador, conocerían seguramente a través de ese relato las peripecias de un barco llamado "El corsario indomable", el cual desapareció una tormentosa noche por los agitados mares del sur. Nadie se percató de ello, ni siquiera las autoridades del puerto de donde había zarpado; solo cuando un grupo de pescadores encontró a la deriva, dentro de un bote salvavidas, al viejo marinero Santiago Roldán, todos se preocuparon por la suerte de los otro nueve hombres que integraban la tripulación.

En cuanto los medios de comunicación de la época se enteraron de la noticia convirtieron en una deslumbrante epopeya la intrépida acción del Capitán Roldán, el héroe que, sin avisarles nada a sus compañeros para evitar discusiones e impedir que lo detuvieran, se arriesgó solitario, en una frágil barcaza, durante tres días a merced de los elementos naturales, porque quería a toda costa buscar auxilio para sus amigos, náufragos en un lugar desconocido y despoblado. Todos en el país siguieron con apasionada atención la impetuosa búsqueda posterior de la isla y las declaraciones de los diez protagonistas que se perdieron en el mar, mientras trasladaban treinta toneladas de atún hacia una nación vecina, pero nunca se enteraron de toda la verdad.

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El barco en la tormenta / F

Su nombre nunca se hizo público ni tampoco el de su navío, recordó Diego Aristimuño leyendo sin mucha atención la historia que tenía en la pantalla, ya que esa fue una de las condiciones que planteó para aceptar salir en búsqueda de "El corsario indomable". El mismísimo Presidente de la República lo sorprendió con una llamada telefónica para encargarle aquella misión. De acuerdo con las informaciones que había recibido, le dijo, él era el único marinero capacitado para dar con el paradero de la misteriosa isla, además de que confiaba en su reconocida discreción en caso de que surgieran ciertos detalles que no debían ser conocidos por la opinión pública.

Le respondió al Presidente que, si había alguna otra cosa que buscar, debía decírselo de antemano para estar preparado, pero el mandatario le recalcó que solo si aparecía algún imprevisto debía comunicarse con él de inmediato. El Capitán Roldán había declarado un sinfín de veces que, en el fragor de la tormenta, su barco perdió irremediablemente todo el cargamento y había quedado inservible, por lo tanto, su trabajo consistía, sobre todo, en rescatar a los marineros de "El corsario indomable". Diego Aristimuño aceptó estas explicaciones y no le dio más vueltas al asunto, pero al otro día, cuando se preparaba para zarpar en búsqueda de la ignota isla, se sorprendió mucho de que, además de Santiago Roldán, lo acompañaría un enviado especial del Presidente, un taciturno individuo que nada dijo durante todo el viaje.

Escuchando las indicaciones de Roldán y poniendo en práctica tanto sus conocimientos como sus instintos de marinero, no tardaron mucho en hallar el sitio donde se encontraba encallado el barco. En efecto, "El corsario indomable" estaba por completo deteriorado y los daños en el área de carga eran tan severos que nada pudo salvarse, así se lo comunicó al Presidente en un informe pormenorizado que le entregó a los dos días de haber regresado, junto a los diez héroes de aquella aventura. El enigmático emisario del primer mandatario, por su parte, se dedicó a examinar con mucha atención el área de la isla donde estuvieron los náufragos durante nueve días, pero nada dijo al respecto.

Dos semanas después, una vez que se aplacaron los efusivos comentarios de la hazaña del Capitán Roldán, fue que Aristimuño lo contactó para tener una confidencial conversación. En ese encuentro le comunicó, sin que sus palabras dejaran lugar para las dudas, que las averías que presentaba su barco no fueron producidas por una tormenta; quien conocía los misterio del mar podía darse cuenta enseguida que los daños fueron causados por la acción de los hombres… Cinco años más tarde, recordó Diego Aristimuño observando todo el lujo y las comunidades que tenía a su alrededor, él y los diez tripulantes de "El corsario indomable" regresaron a la isla a desenterrar el secreto cargamento de oro que el Presidente había encargado al Capitán Roldán transportar hasta el palacio de una isla caribeña que, en secreto también, había comprado.




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Invito a los amigos:
@leonciocast,
@fannyescobar y
@luisito01

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Gran inicio que marca realmente la diferencia en su impecable relato, no esperaba menos de mi autor favorito. Lamentablemente, la acaricia y la ambición mal sana del hombre es real y lo lleva a materializar tales atrocidades sin medir el daño a sus semejantes. Exitos en su extraordinaria entrada

Los secretos, la avaricia y la deshonestidad maecan este relato. La tormenta sirvió de excusas para llevar a cabo su plan. Gracia por sus comentarios, amiga. Un gran saludo.

Mi apreciado amigo, escribiste un relato interesante, en el que se evidencia la trampa y la codicia d ela gente que tiene el poder.

Me encantó leerte.

Sí, planteé uno de esos casos en que los hechos superficiales distraen al gran público y en el fondo se tejen en secreto acuerdos y trampas. Gracias por sus comentarios, amiga.

Excelente trabajo narrativo, mi amigo.

Hola amigo...

Como siempre con un hermoso escrito, la avaricia tanto en la ficción como en la vida actual es lo que abunda siempre tiene consecuencias.

Éxitos en su participación.

Intenté que el argumento no sucediese solo en la isla, sino que se trasladara a otros escenarios y, por supuesto, a secretas motivaciones. Gracias por sus coemntarios. Un gran saludo.

El oro era el misterio jamás contado, es que ese metal trae al mundo de cabeza, una debilidad histórica de la humanidad por la codicia y el poder.

Gracias por compartir, saludos y éxitos.

La ambición por el oro del presidente y de los marineros a quienes les confió su traslado dan lugar a una historia que se trasladó a diferentes escenarios... Gracias por sus excelentes comentarios, amigo. Un gran saludo.

Hola @cruzamilcar63, siempre es un placer leerte por tu fluida narrativa y tu imaginación maravillosa.

La historia nos deja con ganas de seguir leyendo acerca de la verdad verdadera. No la que está en la prensa o la de posibles pescadores mentirosos sino esa verdad oculta que en algún momento sale la flote.

Me encantó el giro que le diste a la historia y las primeras acciones que nos dicen sin decir.

Gran abrazo!

Hay datos que se colocan para que la imaginación del lector participe también de la estructuración de la trama y le asigne las explicaciones que considere conveniente... Gracias por sus amables comentarios, amiga. Un gran saludo.