SLC-S24/W3 - Debate poderoso | Amor y argumentos

  La relación de una pareja, suele estar empañada por momentos de malentendidos. Por ello, las conversaciones con argumentos sólidos y, donde el amor esté presente en todo momento, pueden ayudar a reducir el impacto negativo que generaría no estar de acuerdo con una acción o punto de vista.

  Debido a lo anteriormente resaltado, el debate siempre va a ser la herramienta idónea que debemos utilizar para lograr cristalizar una buena relación de pareja y, aunque en algún momento la confrontación esté presente, hay que tener disposición de resolver el conflicto con amor y argumentos donde ninguna de las partes se vean o sientan afectadas.

  Ante la sociedad, Enrique y Sofía tienen un matrimonio perfecto. Sus familiares y amigos constantemente dicen que admiran la relación que han construido durante años. Por su parte, ellos siempre responden esos elogios con una gran sonrisa y, un estruendoso:

¡Gracias!

  Que no permite pensar que detrás de esa perfecta historia de amor, hay una realidad que empaña la interacción fluida entre ellos, ya que Enrique durante los trece años de matrimonio que tiene con Sofía, solamente se ha dedicado a complacerla y, ella en ningún momento le ha preguntado a él qué le gustaría hacer o ir en las vacaciones.

  Cansado de esta situación, una mañana, Enrique se fue a caminar al parque y entre meditaciones, llegó a la conclusión de que era el momento de separarse de Sofía, porque comprendió que sus sentimientos hacia ella no eran de amor, sino de costumbre y, ver que tenía años sin hacer lo que a él realmente le apasiona, o hizo sentir mal.

  Estando en casa, Enrique le confiesa a Sofía su decisión y, en una actitud pasivo-agresiva, ella lo culpa asegurando que, él jamás mostró carácter en la relación. Sin embargo, Enrique le aseguró que si estaban en esa situación, era por malas acciones de los dos y, más allá de señalar un culpable, debían llegar a una separación amigable.

Es tu culpa Enrique

  Fue el argumento que Sofía siempre expresó durante la separación y, a pesar de que pasaron varios años después de ese momento, ella jamás aceptó que no complació a Enrique en algo que le apasionara, porque durante los años de matrimonio, solo se hicieron actividades que eran de su agrado e incluso, la opinión de él no era tomada en cuenta.

  Cuando hay un conflicto, señalar culpables en primera instancia no es una acción que demuestre la intención de querer solucionar el malentendido. Por ello, más allá de que sea el hombre quien primero de el paso para reconocer un error o aceptar una culpabilidad, lo que se debe hacer es conversar con calma para conocer ampliamente los sentimientos de ambos en ese momento y, evaluar por qué se llegó a ese punto, ya que teniendo todos estos panoramas claros, juntos pueden llegar a la solución que sea favorable para los dos, teniendo en cuenta que, en temas de pareja, el equilibrio siempre debe estar presente.

  Esta interrogante me hizo recordar que, he visto casos en los que, el hombre reconoce errores que no había cometido y, lo hace porque cree que esa es la mejor manera de prevenir un problema o, evitar que dicha problemática se agudice; siendo esto algo de mucho cuidado, ya que en vez de dialogar, lo que se hace es escabullirse ante el conflicto que en cualquier momento va a terminar explotando y cuando esto suceda, ya no habrá una solución que se pueda ejecutar.

  Una relación es de dos. Por lo tanto, ambos tienen que dar un porcentaje equitativo de sus acciones para que las cosas fluyan. Desde este contexto, soy partidaria de creer que tanto el esposo, como su esposa deben tener la disposición de querer canalizar una solución al conflicto que están teniendo, al igual que las disculpas, son aplicables para ambas partes, ya que hay una gran probabilidad de que en la confrontación o, inicio del problema, los dos digan o hagan algo que no era lo ideal, pero en el momento tan caluroso que vivieron, no pensaron con la cabeza fría, sino que actuaron bajo la rabia.

  Tengamos en cuenta que, una pelea se desarrolla cuando dos partes están dispuestas a desarrollarla. Por tal motivo, si la pareja, en vez de acalorarse más durante el conflicto, se calman y piensan en canalizar la solución, pueden evitar inconvenientes desagradables que no había necesidad de desencadenar.

  No me parece que sea idóneo que una pareja no le preste atención a los problemas que tienen, porque cuando se actúa desde una actitud ególatra y orgullosa, en el momento menos esperado llega la fractura de la relación y, si esto finalmente sucede, lamentablemente ya no hay nada que podamos solucionar, ya que todo estará muy fracturado. En vista de esto, cuando hay un conflicto, ambos tienen que reflexionar en las fallas que cometieron y, disculparse en lo que sea necesario, ya que cuando se hace de esa manera, no se siguen llevando cosas que complican el bienestar de la relación.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

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