Querido diario, la vida nos pone a prueba, no todo ocurre muchas veces como lo imaginamos pero igual nos permitimos soñar, pues estos sueños encierran anhelos y nos permiten seguir luchando por nuestras metas. Mis diarios siempre van a tener el calor de hogar dado que soy madre de dos adolescentes, esposa, amante de mi pequeña familia nuclear de 4 integrantes; siempre unidos para lo que salga.

Es precisamente esta unión familiar la que me llena de fortaleza y de bienestar. Como familia nos brindamos apoyo, como debe ser, he tratado de criar a mis hijos en unión, sin egoismos , en un ambiente de respeto, con la seguridad de que permitirá que crezcan y se conviertan en adultos responsables, centrados y de buenos sentimientos, al menos es mi deseo y trabajo en ello.

Este día junto a mi esposo acompañamos a nuestro hijo al traumatólogo, no es el médico que lo operó pues este salió jubilado, atiende en clínica privada pero dada nuestra situación económica optamos por mantener control con otro médico en el Hospital de Salamanca, con la grata coincidencia de que este fue profesor del anterior traumátologo-ortopedista tratante; es un médico que está jubilado pero sigue contratado por el hospital.

Hemos tenido la fortuna de conocerle, tiene mucha experiencia y ha influido positivamente en nuestro hijo. Más allá de limitarse a la patología en sí, aborda todo un contexto, en especial ayuda emocionalmente al paciente y esto no lo hacen todos los médicos; he visto y vivido circunstancias donde el médico ha carecido de tacto y en vez de ayudar , ha generado un fuerte daño. Por ello me alegra que dios lo haya puesto en nuestro camino.

El médico nos había solicitado nuevas placas, dado que mi hijo aún tiene los tornillos en sus tobillos y para poder hacer una evaluación completa de sus pies se requería. Su opinión fue positiva, al comparar el antes y el después de la operación. Sin embargo dado que no fue quien le operó, nos sugirió que consultaramos con el anterior médico a ver si consideraba se podían retirar los tornillos.

Nos expresó que era recomendable que la decisión la tomara el médico anterior pues conocía mejor el caso previo, si lo aprobaba, entonces el podría retirarselos. No obstante recomendó el no continuar por un tiempo con la practica del beisbol, algo que nos sorprendió, pues el anterior médico nunca lo hizo pero después de la explicación dada lo entendemos.

Todo sea por su bien y evitar lesiones, recomendó practicara voleybol de playa, dado que se practicaba en una arena más recomendable, aunado a los ejercicios para los pies que siempre debe realizar y que le permitirá menos molestias en los mismos. Mi hijo lo tomó con calma, le gusta el voleybol también y dado que el horario del beisbol implicaba salir tarde, estaba incluso relajado con la decisión.

Como padres, tratamos de hacer lo mejor para nuestros hijos, siempre pensando en su bienestar. Aproveché de colarme y consultar al traumatólogo también, sinceramente es un excelente profesional, por respeto no tomé fotos directas pero estamos muy contentos con el trato y apoyo recibido.

Junto a "mis hombrecitos" como les digo , pasamos por el supermercado para disfrutar de un postrecito y comprar unas frutas para batidos, algo que nos encanta. Hay muchos árboles y el ambiente natural de esta zona es muy bonito al menos para el que lo sepa apreciar. Cada momento vivido junto a ellos me llena de felicidad.