Soy rico, pero no sé qué hacer con mi vida / Por eso no se preocupe, señor.

Válgame Dios. En esta vida se ve de todo. Un tipo que se vuelve muy rico y llega el momento en que se siente paralizado. Eso me hace recordar a un multimillonario norteamericano que cuando llegó a un punto máximo de su existencia, se sintió como en una especie de vacío, de extremo aburrimiento, y entonces el hombre se deprimió y decidió acabar con su propia vida.

Pero lo más normal, lo que uno observa en las personas que amasan fortunas es que gastan su plata no en cualquier estupidez, pues se dan la buena vida, por ejemplo, visitando lugares turísticos paradisíacos y emblemáticos; comiendo en restaurantes de lujo o incluso degustando alguna exquisitez culinaria al lado de una playa de ensueño. El asunto que también les sucede a los que gastan a manos llenas su dinero en los placeres de la vida, es que puede llegar el momento en que ya no hay más nada pendiente de probar. Tal vez por eso los Rolling Stones lo contaron en su clásica canción: "Satisfaction", en la que se dice algo más o menos así: "No puedo encontrar ninguna satisfacción, porque trato, trato y no puedo". Hablaba la experiencia: unos rockeros millonarios de aquellos años, generalmente envueltos en escándalos a costa de sus excesos.

De todas maneras, por más multimillonario que tú seas, eso no te excluye de que a veces amanezcas sin humor y sin ganas de nada. Es cuando uno dice, por ejemplo: "Hoy no tengo espíritu para salir a la calle".

Y bueno, si me encontrara con un sujeto así, yo simplemente me ofrecería como su guía turístico, diciéndole: "No se preocupe, señor. La vida es muy corta como para desperdiciarla en sufrimientos. Busquemos papel, lápiz y y el mapa mundi para que diseñemos una excursión alrededor del planeta".