Comienzo el día agradeciendo a Dios y orando por la salud de mi familia y por la situación económica y política de mi país, Venezuela.

Después de terminar mi oración devocional, fui al jardín de mi casa, donde el clima amaneció muy fresco y nublado, lo que indicaba que el día sería lluvioso.

Caminé por mi jardín y vi que las plantas de yuca estaban listas para la cosecha. Aproveché para cortar algunas ramas de poleo para que mi esposa preparara una infusión, ya que con el inicio de las lluvias se producen brotes virales. Es bueno tomar una infusión de esta planta para controlar la gripe y otras infecciones respiratorias.

La mañana fue muy interesante, lo que me permitió recorrer todas las plantas de mi jardín.

Después de completar mi recorrido por el jardín, comencé a darle mantenimiento a la jaula de los loros, ya que estas pequeñas criaturas son muy quisquillosas para comer.

Mientras hacía el mantenimiento, el clima seguía amenazando lluvia, así que no quería salir de casa y esperé a que mi esposa preparara el almuerzo. No quería desayunar porque había comido varios mangos y no tenía hambre.

A la 1:30 p. m., mi esposa había terminado de hacer la comida y me preparé para comer.

Por la tarde, empezó a lloviznar, así que me quedé en mi habitación y me puse a leer la Biblia. No quería trabajar en la computadora porque siempre se corta la luz cuando llueve. Así que me dediqué a leer la palabra de Dios y a nutrir mi espíritu y mi mente.

Al anochecer, se fue la luz como siempre, y no tuve más remedio que quedarme en mi habitación a esperar a que me viniera el sueño.