Inmensa ternura ver aquella madre darle comida a sus hijos, porque quizás no les estaba alimentando,solo dándoles comida simplemente fue lo que consiguió en medio de refriega diaria. Alimentar sus cuerpos lo vital, luego con su ejemplo de desprendimiento y fortaleza nutrir sus almas…lo más retador.

Una vasija para tres, posiblemente escasearía para todas, una cara descompuesta por el dolor, la incertidumbre por sus niñas, que pasará mañana y al siguiente día, otro, el otro…una madre desde que se convierte en ello ya no tiene pasado, todo lo vivido antes de la maternidad queda atrás, tampoco presente…todo es futuro, …cuando camine, cuando estudie ...Cuando crezca, siempre es una proyección de lo que le espera al hijo y como puede hacer ella para acompañarlo o para suavizarle cualquier adversidad.

Allí estaban las pequeñas observando el comportamiento resiliente de la mujer, el compartir por igual, la de mayor tamaño tiene una muñeca bebé en sus brazos comienza temprano la practica obligada de aprender a ser mamá…que nunca se enseña, jamás se aprende, solo se práctica con lo mejor que tengas, se acierta y se desacierta…de eso va la vida.

Sin mesa ni sillas, con una sola cuchara, en un ambiente de aparente abandono…solo sus ojos y su mirada es su única posesión, parece poco pero delante de ellas tienen al mejor de los tesoros…una madre.

Invito a : @luimer29